1. La dieta debe ser variada. No hay que olvidar ningún grupo de
alimentos. La alimentación ha de ser equilibrada. La regla consiste en
no abusar de la cantidad de alimentos hipercalóricos e insanos.
2. El régimen ha de ser suave. Las dietas rápidas que prometen la
pérdida de muchos kilos a la semana, a la larga producen problemas de
salud y se recuperan los kilos perdidos. Lo más saludable es perder
entre medio y un kilo semanal.
3. Repartir las comidas en cinco tomas diarias. No hay que saltarse
una comida importante. Dos deben ser comidas consistentes y las otras
tres más ligeras.
4. El desayuno ha de ser fuerte. El mejor desayuno aporta entre un 20 y un 25% del aporte calórico diario.
5. Hay que cenar pronto. Al menos dos horas antes de acostarse. Por
la noche el metabolismo se ralentiza y los alimentos se acumulan como
grasas más fácilmente.
6. El agua es fundamental. Hay que beber mucho, unos dos litros diarios. El agua mantiene la línea porque no tiene calorías.
7. Cocinar lo justo. Esto es muy importante. Se deben pesar las raciones. Las sobras son una tentación peligrosa.
8. La sal debe desaparecer. Basta con un poco. Comiendo los mismos
alimentos sin sal se pierde peso y se gana en salud. Sin cambiar de
alimentación se pierde volumen.
9. Usar aceite de oliva en las comidas. Una cucharada al día no
aporta muchas calorías y ayuda a mantenerse sano por sus ácidos grasos
monoinsaturados.
10. Las cantidades de comida ingeridas han de ser menores. Para perder peso se debe reducir el número de calorías diarias.
11. Las grasas son enemigos de la dieta. Aportan demasiadas
calorías. Por ello se recomienda cocinar al vapor, a la plancha y
utilizar el microondas. La cocina natural además es más sana y mantiene
mejor las vitaminas y minerales de los alimentos.
12. La comida es un placer. Hay que disfrutar comiendo. La dieta no
debe ser una tortura. Por ello es positivo variar los menús. Una dieta
que hace sufrir no es una buena dieta.
13. No obsesionarse con la báscula. Hay que pesarse una vez
semanalmente sin ropa y en ayunas. Perder peso es un logro progresivo.
14. No picar entre horas. Hacerlo entre las comidas lo único que
consigue es almacenar grasas y tira por tierra todos los esfuerzos por
cumplir la dieta. Si no se puede evitarlo, lo mejor es comer trocitos de
fruta, yogures descremados..., que calman el hambre sin consumir
calorías.
15. Limitar el consumo de alcohol. Los licores tienen bastantes
calorías. Hay que evitar su ingestión, sobre todo después de comer.
16. Masticar los alimentos tranquilamente. Comer despacio hace que
se saboree mejor la comida y además consigue que se coma menos. El
cuerpo reacciona con señales de saciedad a los veinte minutos de
comenzar a comer. Así, se ingiere sólo lo necesario.
17. El deporte es fundamental. El ejercicio físico siempre elimina
grasas y quema calorías. Además tonifica el organismo. Es una garantía
de salud.
18. Hay que analizar las sensaciones. A veces se come por
encontrarse deprimido, agobiado... La comida se suele convertir en un
sustituto emocional y se come sin hambre.
19. Adelgazar, ¿por qué? Por decisión propia. La decisión de perder peso es una elección personal e intransferible.
20. El consejo de un especialista en nutrición ayuda a marcarse objetivos realistas. Además seguirá la evolución de la dieta.