- Previene la aparición de patologías cardiovasculares, ya que al aportar ácidos grasos insaturados, regula los niveles de colesterol en sangre,
- Mejora el funcionamiento del aparato digestivo; es protector estomacal ante las secreciones ácidas,
- Previene el estreñimiento cuando es tomado crudo y en ayunas,
- Tiene efecto protector y tónico sobre la piel,
- Mejora las funciones metabólicas y el desarrollo cerebral, ya que los ácidos grasos favorecen la formación de membranas celulares, y la formación de tejido cerebral.
- Estimula la absorción de calcio y por ello estimula el crecimiento óseo,
- Reduce el desgaste de los tejidos gracias a su poder antioxidante, disminuyendo el envejecimiento de la membrana celular.
- Mejora la esperanza de vida (años a vivir) y la calidad de vida en general debido a su natural aporte de nutrientes.
Además de todo lo que hemos señalado, el aceite de oliva tiene un valor añadido en lo que a gastronomía se refiere gracias a su sabor y aroma. Su perfume y sabor proporcionan un sabor único que resaltan toda preparación.
Como ocurre con todo alimento, nunca son buenos los excesos ni las carencias; por lo tanto su consumo debe ser moderado y siempre en crudo, para así conservar todas sus excelentes cualidades.
Dado que su aporte calórico es elevado, aconsejamos que su consumo diario no supere las 4 cucharas. De esta manera tomaremos todas sus ventajas y nutrientes, manteniendo el peso corporal adecuado.