De las hojas de aloe se extrae un jugo resinoso y muy amargo, el acíbar. El aloe también tiene aplicaciones como excelente cicatrizante en heridas y quemaduras, no obstante, deben tomarse precauciones si se manipula el jugo concentrado, utilizando complementariamente algún tipo de emoliente, por ejemplo aceite de oliva, ya que puede resecar en exceso o producir irritaciones de la piel.
Precaución: el jugo de aloe o acíbar no está indica- do en caso de embarazo o hemorroides. Las mujeres embarazadas pueden sufrir contracciones uterinas y con- gestión de los órganos pélvicos. Tampoco debe aplicar- se a menores. En cualquier caso, recurrir siempre al asesoramiento médico.
Polvo de acíbar para uso interno
El polvo de acíbar en dosis máximas de 0,1 gramo al día es útil como digestivo, tónico y colageno. Si se desea acción laxante o purgante debe administrarse poco antes de acostarse para obtener efectos al día siguiente (actúa lentamente); tomar entre 0,1 y 0,2 gramos como laxante suave, y entre 0,2 y 0,5 gramos como purgante enérgico.
Precaución: no superar bajo ningún concepto la dosis máxima de 0,5 gramos diarios; entre otros casos, pueden producirse cólicos gastrointestinales.
Loción de acíbar para uso externo
Para su aplicación externa como cicatrizante, se puede elaborar una loción de acíbar a base de jugo de aloe y aceite de oliva virgen a partes iguales. Aplicar sobre la zona afectada 2 o 3 veces al día; se pueden utilizar compresas empapadas en la loción manteniéndolas todo el día sobre la piel, humedeciéndolas de nuevo cuando se resequen.
Precaución: no utilizar en las hemorroides, pueden sangrar. Algunas personas también pueden mostrar alergia al acíbar; para saberlo, extender una gota de jugo en la piel de la espalda, si aparece picor y enrojecimiento a los pocos minutos signi- fica que se es alérgico a esa sustancia, debiendo evitarse por tanto su aplicación.